NAVIDAD | Dibujos para Pintar | Musica de Navidad | Recetas de Navidad | Juegos de Navidad http://www.navidad.kom.gt/index.php La niña de los fosforos - cuento de año nuevo - Hans Christian Andersen http://www.navidad.kom.gt/index.php?entry=entry101221-184739
Y así la pobrecilla andaba descalza con los desnudos piececitos completamente amoratados por el frío. En un viejo delantal llevaba un puñado de fósforos, y un paquete en una mano. En todo el santo día nadie le había comprado nada, ni le había dado un mísero chelín; volvíase a su casa hambrienta y medio helada, ¡y parecía tan abatida, la pobrecilla! Los copos de nieve caían sobre su largo cabello rubio, cuyos hermosos rizos le cubrían el cuello; pero no estaba ella para presumir.

En un ángulo que formaban dos casas -una más saliente que la otra-, se sentó en el suelo y se acurrucó hecha un ovillo. Encogía los piececitos todo lo posible, pero el frío la iba invadiendo, y, por otra parte, no se atrevía a volver a casa, pues no había vendido ni un fósforo, ni recogido un triste céntimo. Su padre le pegaría, además de que en casa hacía frío también; sólo los cobijaba el tejado, y el viento entraba por todas partes, pese a la paja y los trapos con que habían procurado tapar las rendijas. Tenía las manitas casi ateridas de frío. ¡Ay, un fósforo la aliviaría seguramente! ¡Si se atreviese a sacar uno solo del manojo, frotarlo contra la pared y calentarse los dedos! Y sacó uno: «¡ritch!». ¡Cómo chispeó y cómo quemaba! Dio una llama clara, cálida, como una lucecita, cuando la resguardó con la mano; una luz maravillosa. Le pareció a la pequeñuela que estaba sentada junto a una gran estufa de hierro, con pies y campana de latón; el fuego ardía magníficamente en su interior, ¡y calentaba tan bien! La niña alargó los pies para calentárselos a su vez, pero se extinguió la llama, se esfumó la estufa, y ella se quedó sentada, con el resto de la consumida cerilla en la mano.

Encendió otra, que, al arder y proyectar su luz sobre la pared, volvió a ésta transparente como si fuese de gasa, y la niña pudo ver el interior de una habitación donde estaba la mesa puesta, cubierta con un blanquísimo mantel y fina porcelana. Un pato asado humeaba deliciosamente, relleno de ciruelas y manzanas. Y lo mejor del caso fue que el pato saltó fuera de la fuente y, anadeando por el suelo con un tenedor y un cuchillo a la espalda, se dirigió hacia la pobre muchachita. Pero en aquel momento se apagó el fósforo, dejando visible tan sólo la gruesa y fría pared.

Encendió la niña una tercera cerilla, y se encontró sentada debajo de un hermosísimo árbol de Navidad. Era aún más alto y más bonito que el que viera la última Nochebuena, a través de la puerta de cristales, en casa del rico comerciante. Millares de velitas, ardían en las ramas verdes, y de éstas colgaban pintadas estampas, semejantes a las que adornaban los escaparates. La pequeña levantó los dos bracitos... y entonces se apagó el fósforo. Todas las lucecitas se remontaron a lo alto, y ella se dio cuenta de que eran las rutilantes estrellas del cielo; una de ellas se desprendió y trazó en el firmamento una larga estela de fuego.

«Alguien se está muriendo» -pensó la niña, pues su abuela, la única persona que la había querido, pero que estaba muerta ya, le había dicho-: Cuando una estrella cae, un alma se eleva hacia Dios.

Frotó una nueva cerilla contra la pared; se iluminó el espacio inmediato, y apareció la anciana abuelita, radiante, dulce y cariñosa.

-¡Abuelita! -exclamó la pequeña-. ¡Llévame, contigo! Sé que te irás también cuando se apague el fósforo, del mismo modo que se fueron la estufa, el asado y el árbol de Navidad. Se apresuró a encender los fósforos que le quedaban, afanosa de no perder a su abuela; y los fósforos brillaron con luz más clara que la del pleno día. Nunca la abuelita había sido tan alta y tan hermosa; tomó a la niña en el brazo y, envueltas las dos en un gran resplandor, henchidas de gozo, emprendieron el vuelo hacia las alturas, sin que la pequeña sintiera ya frío, hambre ni miedo. Estaban en la mansión de Dios Nuestro Señor.

Pero en el ángulo de la casa, la fría madrugada descubrió a la chiquilla, rojas las mejillas, y la boca sonriente... Muerta, muerta de frío en la última noche del Año Viejo. La primera mañana del Nuevo Año iluminó el pequeño cadáver, sentado, con sus fósforos, un paquetito de los cuales aparecía consumido casi del todo. «¡Quiso calentarse!», dijo la gente. Pero nadie supo las maravillas que había visto, ni el esplendor con que, en compañía de su anciana abuelita, había subido a la gloria del Año Nuevo.

FIN]]>
Historia del nacimineto de Jesús http://www.navidad.kom.gt/index.php?entry=entry101221-183809 Una joven llamada María estaba proxima a casarse con José un carpintero de Nazaret.
Ellos vivían en Nazaret, una ciudad de Galilea, hace más de 2000 años. Un día, un ángel llamado Gabriel se le apareció a María y le dijo que estaba esperando un niño que se convertiría en el Mesías. pero ella le contesto, que ella no conocia varon como para estar embarazada, el angel le dijo que el Espiritu Santo se le apareceria y ella quedaria en cinta. José empezo a sospechar y decidio abandonarla sin que nadie se diera cuenta, pero Dios mando a su angel a que le hablara en sueños y le pidio que no la abandonara porque ella estaba esperando al Mesías, Le pidió que llamara al bebé "Jesús".


El emperador romano César Augusto decidió tener en una lista, a todos los pobladores de su reino. Ordenó a la gente a regresar a su lugar de nacimiento. Acompañado de María, José fueron a Belén, en Judea, donde había nacido.
Pero al llegar a Belén, ya era de noche, la joven pareja no pudo encontrar un albergue para dormir. Esto es cuando el bebé decide nacer ...
José descubrió al salir de la ciudad una posada con un granero, en donde habian animales y pregunto al mesonera si habia espacio en donde pudiera tener María a su hijo, el mesonero le dijo que no tenia espacio pero que si no les importaba a José y María podrian dormir en el granero de su propiedad, ellos haceptaron. Aquí es donde nació Jesús. María lo envolvio en unos pañales viejos y lo acosto en un pesebre que sirvió de cuna.

después del nacimiento de Jesús, Dios envió un mensajero a los pastores que en ese momento regresaban de cuidar a sus ovejas cerca de la granero. Él les dijo: "Sé feliz esta noche, un niño nace, y a través de él, Dios se revela al mundo!".
De repente, el cielo estaba lleno de ángeles cantando en honor del hijo de Dios. Entonces Dios envió un mensaje a los tres reyes, en el cielo vieron una hermosa estrella brillante. Esta estrella se movía en el cielo, viendo aquella marabillosa estrella decidieron seguirla, recordando que la escritura de un evento excepcional mencionan que ocurriría esa noche.
La estrella se detuvo sobre el establo de Jesús.Los Reyes ofrecieron al niño oro, mirra e incienso. Regresaron a su reyno y anunció las buenas noticias: el hijo de Dios, el Salvador ha nacido!
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